Pensando en una ruta motera de una jornada desde Barcelona, recordé la atracción que me produjeron una vez los castillos cátaros del sur de Francia. Así que indagué en internet y observé que el País Cátaro donde se ubican se situaban alrededor de Carcasone, a unos 300 kms de distancia y en zona montañosa, perfecto para una excursión en moto. La decisión estaba tomada y empecé a diseñar la ruta:
Carcasone, Termes, Montsegur, Peypertuse, Queribus… la ruta se estaba perfilando, cuando de repente cruzó por el monitor del ordenador la referencia de Rennes le Chatreau. Por supuesto, me hizo recordar los buenos momentos que pasé con el Código Da Vinci y decidí incluirlo en la ruta.
Suelo buscar información de los puntos de visita de mis rutas moteras, por lo que decidí informarme un poco sobre lo que iba a ver en Rennes. Fue entonces cuando cayó en mi pc un post del periodista Carlos Mesa (www.carlosmesa.com) titulado La tumba de María Magdalena.
En este post (http://www.carlosmesa.com/tumba-maria-magdalena/), Carlos identifica el punto exacto de lo que fue un sepulcro que supuestamente albergaba los restos de María Magdalena, y que se representa en la pintura de Nicolas Poussin fechada entre 1638 y 1640, “Les bergers d’Arcadie”. Además Carlos incorpora una fotografía antigua en blanco y negro del sarcófago de piedra situado al pie de una formación rocosa característica que puede servir para identificar su posición.
Pues bien, con toda esta información incorporé un punto de visita en mi ruta motera que llamé la Tumba de María Magdalena.
El domingo 1 de abril de 2012, después de visitar las construcciones de Renne le Chatreau me dirigí hacia las coordenadas geográficas que Carlos Mesa identificaba en su post. Y allí encontré un precioso almendro en flor presidiendo un verde campo de labranza y al pie del árbol un pequeño manantial de agua cristalina (pero no potable). La verdad es que es un lugar precioso, ubicado en la ladera una montaña llena de pinos que finaliza en un riachuelo profundo y escarpado. En ese momento pensé: Es un buen sitio para enterrar a un ser amado.
Tras la inspección del lugar encontré los tiestos de flores que aparecen en la foto del post de Carlos Mesa. Eran los mismos pero secos y envejecidos. No aparentaba que se hubieran vuelto a utilizar desde que en 2010 Carlos hiciera las fotos de su post. Está claro que los vecinos del lugar ya no llevan flores ahí, pero la cadena que menciona Carlos sigue estando e impide el acceso de vehículos.
Entonces saqué de la maleta de la moto la foto antigua del sepulcro que había impreso, con la idea de hacer una foto de la zona desde el mismo ángulo que estaba hecha la foto en blanco y negro, y cual fue mi sorpresa cuando no pude encontrar la roca escarpada que se observa al fondo de la misma. Pero yo había visto esa roca cuando me acercaba en la moto por el camino, de hecho la había fotografiado desde la carretera donde presentaba un ángulo de visión muy similar al de la foto original. El problema es que entre el punto donde presuntamente se ubicaba el sarcófago y la roca se levanta una colina que impide la visión directa de la roca, por lo que concluí que esa no era la situación de la tumba en el momento de la fotografía en blanco y negro.
Tuve un momento de duda, todavía tenía que visitar los castillos cátaros y no tenía conocimiento de si existía camino de acceso al otro lado de la colina desde donde seguramente se había hecho la fotografía antigua, y ya eran las 12 del mediodía. Mientras hacía las fotos se acercó a mi un hombre de unos 30 años que paseaba dos perros, desde la pequeña aldea que se levanta colindante a los campos de labranza. Me preguntó sobre mi actividad allí y le respondí que era un turista español que buscaba el sepulcro de María Magdalena. Le enseñé la fotografía en blanco y negro y me comentó que no lo había visto nunca, pero me aseguró que la foto estaba desde el otro lado de la colina donde se puede ver esa roca. También me identificó que había un camino de cazadores que cruzaba la zona y por donde podía tomarlo.
Con esa información decidí invertir una hora de mi ruta en buscar el lugar de la foto esperando saber porqué Carlos Mesa no había identificado bien el lugar exacto del sepulcro.
Arranqué la moto y me dirigí hacia la entrada del camino. Aunque se trataba de un camino de escasa utilización presentaba un buen aspecto y es de fácil tránsito para mi GS1200, pero estaba lleno de unos rápidos y verdes lagartos que se cruzaban veloces al paso de la moto. Así que tras unos tres kilómetros de camino y pocos minutos estaba situado en el punto exacto desde donde se hizo la fotografía.
Pero algo había pasado allí. En esa zona el camino se ensanchaba y había un gran desmonte en la ladera de la montaña. Era un movimiento de tierras que se había hecho con maquinaría pesada: por lo menos había marcas de un gran martillo percutor para romper la roca y una pala excavadora grande para cargar la tierra en camiones. Era muy reciente porque la tierra descarnada no presentaba ningún tipo de vegetación. Pensé que ese movimiento de tierras se debía de haber producido hacía menos de un mes.
La vegetación de la zona era muy diferente a la de la fotografía. De hecho el arbolado actual tapa en gran parte la roca viva que se observa en la foto, pero el lugar era ese. La topografía del terreno era la misma y el ángulo de visión de la roca también. Este era el sitio que buscaba.
Por supuesto, el sarcófago debía de estar situado justo donde se había hecho el desmonte de terreno por lo que ya no quedaba ni sarcófago, ni su losa de cimentación, ni nada que hubiera estado a su alrededor en un radio de 20 metros.
Entonces me empezaron a invadir las dudas:
¿Por qué se hace un desmonte de esta envergadura en medio del monte? Por aquí no pasan líneas de alta tensión, ni se vislumbran obras de ampliación del camino de acceso, no hay densidad demográfica ni recursos naturales que justifiquen ese movimiento.
¿Es casualidad que ese desmonte se haya realizado justo antes de mi visita?
¿Por qué el vecino del lugar no me quiso identificar que conocía la historia del sepulcro y en cambio no tuvo reparos en indicarme el camino desde el que se había hecho la foto?
¿Si Carlos Mesa disponía de la fotografía en blanco y negro, por qué identificó la ubicación del sepulcro en un lugar que claramente no coincidía con la foto?
¿Qué sentido tenía poner una tumba en un lugar tan remoto y despoblado?
Cuando llegué a casa consulté de nuevo el ordenador y pude comprobar que en las fotografías de satélite que aparecen en Google Maps (referencia 2011) el desmonte no se había realizado por lo que se trataba de una obra muy reciente.
Todo esto no sé si significa algo, o no son más que un cúmulo de casualidades, pero hay muchas incógnitas sin respuesta y la verdad es que me fui de allí pensando que alguien no quería que yo viera lo que estaba buscando.
Los lagartos verdes se despidieron de mí con sus rápidas carreras alrededor de la moto, y después disfruté con los castillos cátaros, siempre ubicados en las cimas de las rocas más altas, a la defensiva de los ataques de la Iglesia Apostólica de Roma.
Esto da pie a una investigación mas extensa, Carlos. Quizá habrá que empezar a seguir la pista a los templarios y llegar hasta París...
ResponderEliminarMuy bueno, y además me has dado ideas para la ruta que estoy preparando para el verano!
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